Un crema ideada para pieles sensibles como la de los bebés y niños... y no tan niños...
Protege del frío y del aire. Para pieles secas o delicadas, con tendencia a la dermatitis, sequedad y descamación. Formulada con los siguientes ingredientes:
Hidrolato de camomila romana*. Con propiedades calmantes, descongestionantes, antiirritantes y su olor peculiar dulzón y floral. Utilizado desde siempre para pieles irritadas, enrojecidas o que han sufrido alguna reacción alérgica. Ayuda a reparar la piel y es indicado para la piel sensible de los niños y en caso de rosácea, eccema, urticaria o psoriasis. Aplicado en el contorno de los ojos descongestiona y calma.
Oleato de caléndula* en oliva virgen extra. La caléndula nos cede su gran poder cicatrizante, antiséptico y tónico, muy utilizado en caso de cortes y heridas, quemaduras, dermatitis, etc. El aceite de oliva tiene virtudes cosméticas tan importantes como en la alimentación con gran poder antioxidante debido a su alto contenido en vitamina E, actuando contra los radicales libres. Su principal componente es el ácido oleico, siendo un reconstituyente de las membranas celulares y de la piel. Es muy rico ácidos grasos esenciales, restaurando el nivel natural de humedad de la epidermis. Además nutre, proteje de los agentes externos y suaviza, siendo indicado para pieles irritadas, sensibles o muy secas. Aplicado en las manos fortalece las uñas.
Aceite esencial de bergamota*, libre de furocumarinas, es decir, sin la molécula que convierte a este aceite esencial en fotosensibilizante, por lo que podemos exponernos tranquilamente al sol, después de aplicarlo. Muy apreciado en perfumería por su aroma fresco, dulce y cítrico. Recomendado para las pieles de los bebés o embarazadas, por no tener ninguna contraindicación. Con propiedades purificantes, antifúngicas y astringentes (regula la secreción sebácea). Personalmente, es mi aceite esencial preferido.
Aceite esencial de lavanda fina* (lavandula angustifolia): con numerosas aplicaciones, indicado también para bebés o embarazadas. Trata numerosos transtornos de piel, como heridas, quemaduras, picaduras, úlceras, estrías, acné, rosácea, alergias, psoriasis, eczema, etc. Se aplica en caso de reumatismo, calambres, y contracturas musculares. Además se utiliza en caso insomnio, irritabilidad, ansiedad, estrés, náuseas y jaquecas. En los niños se aplica para ayudarles en el descanso y relajación.
Aceite esencial de bergamota*, libre de furocumarinas, es decir, sin la molécula que convierte a este aceite esencial en fotosensibilizante, por lo que podemos exponernos tranquilamente al sol, después de aplicarlo. Muy apreciado en perfumería por su aroma fresco, dulce y cítrico. Recomendado para las pieles de los bebés o embarazadas, por no tener ninguna contraindicación. Con propiedades purificantes, antifúngicas y astringentes (regula la secreción sebácea). Personalmente, es mi aceite esencial preferido.
Aceite esencial de lavanda fina* (lavandula angustifolia): con numerosas aplicaciones, indicado también para bebés o embarazadas. Trata numerosos transtornos de piel, como heridas, quemaduras, picaduras, úlceras, estrías, acné, rosácea, alergias, psoriasis, eczema, etc. Se aplica en caso de reumatismo, calambres, y contracturas musculares. Además se utiliza en caso insomnio, irritabilidad, ansiedad, estrés, náuseas y jaquecas. En los niños se aplica para ayudarles en el descanso y relajación.